Rayos
X
La historia de los rayos X comienza con los experimentos
del científico británico William Crookes, que investigó en el siglo XIX los
efectos de ciertos gases al aplicarles descargas de energía. Estos experimentos
se desarrollaban en un tubo vacío, y electrodos para generar corrientes de alto
voltaje. Él lo llamó tubo de Crookes. Pues bien, este tubo, al estar cerca de
placas fotográficas, generaba en las mismas algunas imágenes borrosas. Pese al
descubrimiento, Crookes no continuó investigando este efecto. Es así como
Nikola Tesla, en 1887, comenzó a estudiar este efecto creado por medio de los
tubos de Crookes. Una de las consecuencias de su investigación fue advertir a
la comunidad científica el peligro para los organismos biológicos que supone la
exposición a estas radiaciones.
El principio de la técnica, espectrometría de emisión de rayos X mediante
electrones de baja energía (LEXES) consiste en la irradiación de una muestra
sólida por un haz de electrones de baja energía, analizando los rayos X
emitidos por el material. Debido a que los rayos X son característicos de los
elementos emisores, se consigue análisis elemental selectivo. La profundidad
analizada puede variar entre 1 y 500 nanómetros, dependiendo de parámetros como
el elemento, la matriz y la energía primaria del electrón. Roentgen
comprendió inmediatamente la importancia de su descubrimiento para la medicina,
que hacía posible la exploración de los cuerpos de una manera hasta ese momento
totalmente insospechada. En el transcurso del mes siguiente, aplicando los
efectos de los rayos X a una placa fotográfica, produjo la primera radiografía
de la humanidad, la de la mano de su mujer. Las primeras aplicaciones de los
rayos x se centraron en el diagnóstico, aunque a partir de 1897 se abrirá el
camino de la aplicación terapéutica, de la mano de Freud, con su intento de
tratar el nevus pilosus y su observación de las depilaciones radiológicas
precursoras de la radio dermitis.
Una radiografía es una imagen registrada en una placa o película
fotográfica, o de forma digital (Radiología digital directa o indirecta) en una
base de datos. La imagen se obtiene al exponer al receptor de imagen
radiográfica a una fuente de [radiación] de alta energía, comúnmente rayos X o
radiación gamma procedente de isótopos radiactivos (Iridio 192, Cobalto 60,
Cesio 137, etc.). Al interponer un objeto entre la fuente de radiación y el
receptor, las partes más densas aparecen con diferentes tonos dentro de una
escala de grises, en función inversa a la densidad del objeto. Ante una fractura se debe tratar de inmovilizarla como
primer objetivo. Llevarlo a un centro sanitario y valorar la situación del
paciente y de la fractura: con rayos X para comprobar el grado de la lesión así
como de las estructuras vecinas.
El diagnóstico de los
tumores intratorácicos se realiza fundamentalmente gracias al uso de los Rayos
X. Esta aseveración es particularmente exacta, cuando se trata de tumores
mediastinales.
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